jueves, 11 de octubre de 2012

Ahora, hoy es el momento

Ahora, en este instante, justo, ya! es el momento. Yo soy así, vivo por arranques, voy en un tren rumbo a la ciudad condal, escala de una viaje que me llevara a esa ciudad que me ha visto en varias etapas de mi vida, desde cuando no sabia lo que era un monologo, hasta cuando me creía la reina del mambo porque el idioma no se me resistía.

Hoy es el momento. Una mezcla entre desesperación y ternura me inunda en este vagón. Detrás tengo a un grupo de médicos- residentes, cuyo tema de conversación me impacta. No ha variado ni un segundo, todo el rato igual, que si el tac,  que si la eco que si la nueva esta loca o que si tal paciente como esta. Si, señores, esto es desesperante. No tanto por escucharlos, como por el hecho de sentirme identificada. Asi somos de verdad?? En eso consisten nuestras vidas??con lo bonito que es hablar del amor,del tiempo, o del mas allá, nos empeñamos en seguir llevandonos el trabajo a casa, y alguno hasta a su cama...
Intento evitar este ruidillo de fondo que no me deja concentrarme, porque por supuesto, y como buen integrante del gremio,me llevo el trabajo de viaje y siempre para el ultimo momento.
En uno de esos arranques, he vuelto a leer un blog que tenía olvidado, y como siempre, su autor dice verdades de las grandes, de esas que sabe todo el mundo pero que nadie sabe expresar con gracia. Me ha gustado y me he animado.

Hacía mucho que no escribía. Bueno, escribir si escribo, pero todo tiene que ver con odas ratio y nagelkerke, un señor muy amable pero que al igual que mis compañeros de viaje seguro que se llevaba el trabajo hasta de vacaciones, en realidad seguro que era como su reloj de pulsera. Un manifiesto aplauso al señor nagelkerke porque por gente como el ,los demás podemos llegar a grandes  conclusiones.


En frente un tío con un kindle, en el segun me ha comentado lleva una vnovel a extraña de un escritor ingles de los ochenta que escribe sobre un mundo alojado en una tortuga que gira encima encima de dun disco. Como lo oyen, esa misma cara puse yo. El no sabe que estoy escribiendo sobre el, pero rpuede que algun dia lea esto. Eso es lo tierno de mi viaje, eso y el olor a sandwich mixto rico que desprende la cafetería, y el tren, eso no lo puedo evitar, han sido demasiadas horas en este medio de transporte las que he pasado llena de ilusión y de cansancio. Cada cosa a su tiempo.

Quedan 30 minutos para que esto termine, ya estaría tomando Cañas, pero el tren se ha retrasado y como dicen que no hay mal que por bien no venga ,me he puesto a escribir.

Un saludo humeante desde algún lugar de las vías de Barcelona.


Hasta la próxima, corto y cambio.